Con el objetivo de promover una producción hortofrutícola más sostenible en la región de Aysén, se realizaron dos talleres teórico-prácticos en el marco del programa Transición a la Agricultura Sostenible (TAS), ejecutado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) en conjunto con el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), ambos del Ministerio de Agricultura. Las actividades se desarrollaron en los predios de las productoras Elena Gallardo, en el sector Pangal de Puerto Aysén, y de Amanda Rivera, en el sector El Claro de Coyhaique.
El programa TAS busca ofrecer asesoría técnica especializada e incentivos económicos a pequeños agricultores, promoviendo la adopción de prácticas más sostenibles y agroecológicas. Según explicó Jessica Lagos, directora regional de INDAP, la iniciativa ha permitido «fortalecer la agricultura familiar campesina e indígena, producir alimentos sanos e inocuos, que son esenciales para nuestra población, y ser responsables con el medio ambiente». Lagos enfatizó además, que producir alimentos en la región también ayuda a reducir la huella de carbono, asociada al transporte de productos desde otras zonas del país.
En ambos talleres, se abordaron temas claves para la agricultura sostenible, como la preparación de suelos y el uso de herramientas manuales de mínima labranza. Estas técnicas, permiten preservar la estructura del suelo y reducir la erosión, promoviendo prácticas respetuosas con el medio ambiente. Camila Reyes, directora de INIA Tamel Aike, destacó que «esta alianza estratégica entre INIA e INDAP facilita la capacitación de los productores, estamos abordando el uso de herramientas que facilitan el trabajo de nuestras productoras y productores, a fin de cuidar su salud y también hacer que su tiempo sea mucho más eficiente en la producción».
Elena Gallardo, productora de Puerto Aysén y anfitriona del primer taller, valoró la importancia de estos espacios, y del programa para las mujeres campesinas. «El programa TAS nos ha ayudado a comprar las herramientas, a que tengamos nuestros abono. La gente que no sabe, aprende. Nos juntamos y compartimos los saberes», señaló.
Amanda Rivera, quien albergó el segundo taller en Coyhaique, coincidió en la importancia del programa. «El TAS para nosotros ha sido un tremendo apoyo y estos talleres son muy prácticos, pues nos permiten conocer y aprender del uso de estas herramientas que nos pueden facilitar las labores y que sea mucho más llevadera nuestra labor diaria como agricultores», comentó.
En la actividad, Gonzalo Guzmán de Bima Chile realizó dos sesiones teórico-prácticas sobre el uso de herramientas manuales de mínima labranza, acompañado de la profesional asesora del Programa TAS de la Región de Aysén, Magdalena Mansilla. Guzmán explicó que estas herramientas «permiten realizar labores agrícolas en menor tiempo, optimizando tareas como la preparación de suelos, siembra y trasplante». El experto agradeció el compromiso de INDAP e INIA en su apoyo a la pequeña agricultura familiar campesina e indígena, destacando que «estas herramientas modernas cambian la vida del agricultor».
Los talleres fueron coordinados por los investigadores de INIA Tamel Aike, María Paz Martínez y Rodrigo Neculmán, quienes destacaron el valor de la capacitación continua para mejorar las prácticas hortofrutícolas en la región.